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lunes, 4 de mayo de 2015

Museo Convento del Buen Pastor


Ubicación: Benigno Vela 147 y Av Maldonado (La Recoleta)

Horario de Atención: lunes a sábado, de 15:00 a 17:30

Tarifas: USD 2. Estudiantes USD 1 y niños USD 0,50.

En 1600 Fray Pedro Bedón fundó en este lugar la recoleta de los padres dominicos, un sitio de meditación caracterizado por varias grutas donde los frailes se aislaban para orar y hacer penitencia. Tres de estas grutas se pueden visitar actualmente en el extremo sur del convento y una presenta pintura mural trabajada por Pedro Bedón. La recoleta se transfirió a las Hermanas del Buen Pastor en 1865 y allí funciono un reformatorio para mujeres, un orfanatorio para niñas, un prestigioso colegio de señoritas y luego una escuela. Con todas estas obras en curso, en algún momento de su historia el convento del Buen Pastor albergaba a 300 mujeres de distinta condición social.

La colección artística del museo contiene obras de arte de la Colonia y la Republica, y el visitante puede observar los objetos de uso cotidiano de las hermanas así como sus celebres bordados que las consagraron como las bordadoras oficiales de las bandas presidenciales del país. También se lo conoce como la Peña de Francia.

En El Buen Pastor se encuentra el testimonio de dos épocas históricas de Quito: la colonial y la republicana. La primera, representada por la estructura fundamental de la iglesia y el convento y la singular presencia de una cueva de penitencia en el barranco; la segunda, por los jardines y las obras de arte, testimonios manuales de las religiosas del convento y los cambios arquitectónicos introducidos en los diferentes procesos de restauración del complejo.

El Buen Pastor, representado en una escultura de piedra traída desde Latacunga, se impone en el patio central del convento. Alrededor se levantan tres pisos con muros que bordean los 80 cm de ancho. En la segunda planta, entre los corredores de madera están las habitaciones con una cama, un armario, una cómoda y un reclinatorio que revelan la sencillez con la que viven las religiosas.


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